ORIENTACIÓN PROFESIONAL
La orientación profesional, según Sánchez (2014), es aquella orientación relacionada
con el sustantivo profesión, vinculado, a su vez, con la idea de trabajo o labor, haciendo
referencia al ajuste de la persona a una determinada ocupación.
Sin embargo, la orientación profesional está relacionada con la orientación personal,
pues en la concepción de orientación profesional intervenir con los aspectos
personales del individuo (creencias, valores, personalidad, autoestima y autoeficacia, historia de vida, competencias…) es esencial.
Esta misma autora señala que la orientación profesional tiene como finalidad:
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La autoconstrucción de la propia identidad, tanto personal como profesional.
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La autorrealización a través de la eficacia, satisfacción personal e integración social a través del trabajo.
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La facilitación de la planificación y desarrollo profesional.
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Estimular, apoyar, guiar, acompañar y mediar.
La investigación sobre la orientación profesional y la aportación de Sánchez (2014) permite comprender la figura del orientador profesional como la encargada de ayudar a la persona orientada a crear sus propias posibilidades, facilitándole herramientas para la toma de decisiones. Además, el orientador profesional debe conocer el concepto descrito anteriormente como carrera, entendiendo esta como un proceso continuo a lo largo de la vida de las personas donde intervienen múltiples roles, formando parte del crecimiento y el desarrollo humano y generándose diferentes acontecimientos que marcan hitos significativos en sus vidas.
A colación con todo lo mencionado en este punto, es importante preguntarse ¿cuáles son las necesidades que justifican la orientación profesional?


Además, teniendo en cuenta todas estas necesidades, el orientador profesional debe prestar atención a todos los factores personales, sociales y contextuales que afectan al camino de la persona, es decir, entender el desarrollo profesional como un enfoque sistémico, explicado con anterioridad en el modelo ecológico de Bronfenbrenner.
ORÍGENES Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA ORIENTACIÓN PROFESIONAL
La Orientación Profesional como hoy la concebimos surge en los Estados Unidos como consecuencia del resto de teorías orientadoras anteriores, llegando a España en el año 1995.
Entendemos que este modelo de orientación no es ajeno a las condiciones ambientales, sociales y políticas, lo que supone un cambio respecto al concepto de la orientación (teoría de sistemas). Anteriormente, la orientación se entendía como una acción puntual, una necesidad que la persona presenta. Por lo tanto, la actividad del orientador se basaba en medir las necesidades que la persona presenta a través de tests objetivos y psicotécnicos, es decir, la persona orientada tenía un papel pasivo.
Por otro lado, también hemos hablado de la importancia que tiene en España la Ley General de Educación del año 70, a partir de ahora LGE. Con la LGE la orientación se entiende como un aspecto dinámico y no estático, como una respuesta para preparar a la población a la hora de incorporarse al Mercado Laboral, dotando a las personas de objetivos y competencias, y preparando a la población para hacer frente al futuro. Sin embargo, para profundizar en el tema he indagado sobre las aportaciones de Sánchez (2010), quien señala que la LGE es una ley que, debido a diferentes razones económicas, por falta de profesorado y una cultura educativa antigua, no se llevó a cabo. De ahí la introducción del concepto actual de Orientación Profesional en España entorno al año 1995.
Tras considerar que la orientación es esencial para todas las personas, nace el concepto de infusión curricular, del que hemos hablado y reflexionado. Este concepto hace referencia a la necesidad de la inclusión de la orientación profesional dentro del currículum educativo. La inclusión de la orientación profesional en los currículums educativos supone entender la orientación como un proceso y no como una acción puntual. Por lo tanto, se aplicarían los principios de la orientación profesional: prevención, desarrollo e Intervención Social, vistos y explicados anteriormente.
ÁREAS DE INTERVENCIÓN DE LA ORIENTACIÓN PROFESIONAL

Dentro de las áreas de intervención de la Orientación Profesional se diferencian un grupo de competencias personales y profesionales que debe desarrollar la persona:
Prestando atención a estas áreas, es importante hacer una breve aclaración de las mismas para su comprensión. La situación hace referencia a la importancia de enseñar a situarse. El área cognitiva destaca por la enseñanza del procesamiento de información, fomentando la codificación de la información necesaria para cada contexto y situación. En cuanto al área afectiva, esta se dirige a enseñar a sentir y cómo gestionar la carrera a nivel emocional, es decir, se trata de ayudar y acompañar a la persona en un proceso emocional. Por otro lado, con el área conativa se pretende enseñar a estructurar ideas y objetivos, es decir, tener una organización y claridad. Por último, el área acomodativa se refiere a la enseñanza de toma de decisiones, fomentando la autonomía y el empoderamiento de la persona.
A colación con esto, las áreas de intervención están relacionadas con un aspecto importante: enseñar la competencia de la carrera a grandes rasgos, es decir, enseñar a planificar y gestionar la carrera profesional.

