DESARROLLO PROFESIONAL
Para comprender el Desarrollo profesional es importante prestar atención a una lluvia de ideas previas a su definición:

De este modo, se entiende el Desarrollo Profesional como un proceso de crecimiento, de ahí su comparación con una escalera, relacionado con el autoconcepto, autoestima y autoeficacia. Además, dentro del Desarrollo Profesional y del proceso de crecimiento que conlleva, se diferencian dos conceptos:
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Carrera: Término que utiliza SUPER para hacer referencia al conjunto de roles que desempeña una persona a lo largo de su vida.
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Marca profesional: Responde a la pregunta sobre qué valor tiene la búsqueda de empleo y el desempeño del trabajo.
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A su vez, el Desarrollo Profesional también se caracteriza por lo que se conoce como transiciones, entendiendo estas como una etapa de cambio dentro de una persona, ya sea en su vida académica, profesional y vital. Por lo tanto, en este sentido hemos reflexionado sobre la importancia que adquiere el concepto de actitud y aptitud para dar respuesta al Desarrollo Profesional.
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EL DESARROLLO PROFESIONAL DESDE EL MODELO ECOLÓGICO DE BRONFENBRENNER
El proceso de crecimiento y, por lo tanto, el Desarrollo Profesional es entendido desde una perspectiva continua, es decir, desde un enfoque sistémico donde el presente, pasado y futuro del individuo están relacionados con las condiciones contextuales y sociales que rodea a la persona, influyendo en su desarrollo personal y profesional. Este concepto se puede relacionar con el modelo ecológico de Bronfenbrenner, al que se hace referencia a continuación.
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Palacios et al. (2014) señalan que el modelo ecológico de Bronfenbrenner cuenta con diferentes sistemas, que influyen en la persona a la hora de establecer contacto con su entorno
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Niveles de análisis del contexto en el modelo ecológico de Bronfenbrenner. (Palacios et al., 2014).

En primer lugar, se encontrarían los contextos más inmediatos a la persona, donde se desarrollan las experiencias y acontecimientos más significantes y relativos para el individuo. Gifre y Esteban (2012) destacan la importancia que tiene este sistema, denominado “microsistema”, que abarca agentes cercanos como la familia, el trabajo o los amigos, por lo que el microsistema se caracteriza por ejercer una influencia directa sobre la persona, como también señalan Collodel et al. (2013).
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Además, Núñez y Romero (2008) entiende que el microsistema también implica una educación por cada una de las partes, así pues, las personas que se encuentran dentro del microsistema y aquellas que se relacionan con este se ven favorecidas por la adquisición de normas y modelos de comportamiento, con la finalidad de alcanzar la supervivencia en la sociedad, así como el mantenimiento de los individuos.
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Siguiendo con la clasificación de los sistemas que Palacios et al. (2014) establecen, es fundamental tener en cuenta que los microsistemas que influyen en la persona no se desarrollan de manera independiente, es decir, los microsistemas establecen conexiones entre ellos, y estas relaciones que se producen se conocen como mesosistemas.
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Los microsistemas y las personas que lo constituyen (familia, amigos, trabajo...) están influenciados por otros rasgos que no afectan directamente al individuo, es decir, las personas que forman parte del microsistema se ven influenciados directamente por otros aspectos (trabajo de la familia, servicios comunitarios, otros amigos o familia extensa, etc.) que ejercen una determinada influencia indirecta en la persona que tiene contacto con su microsistema. A este conjunto de aspectos se le conoce como exosistema.
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Por último, también es importante prestarle atención a lo que se conoce como macrosistema, resultando ser el conjunto de características que abarcan el resto de sistemas mencionados anteriormente y que, consecuentemente influye en todos ellos. Algunos ejemplos de macrosistemas serían: las leyes, la situación económica, la cultura, etc.
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