top of page

"Aquello que no se cuida, acaba perdiendo el valor"

Tan simple como cuidar a las personas de nuestro lado y, como profesionales, alas personas que necesitan nuestra ayuda.

La enseñanza de la teoría de las ventanas rotas puede expandirse a todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana; cuidado del mobiliario, conductas cívicas, cumpliento de la ley, cuidado de las personas...

​

En este caso, nosotros vamos a centrarnos en las personas, pues somos seres sociales y necesitamos contacto con otros, por lo que establecer y mantener una buena relación social es un aspecto fundamental en nuestro desarrollo vital.

De este modo, cuando una relación se tambalea, y cuando hablo de relación

no solo me refiero a la relación de pareja, sino de amistad, familia,

compañeros de trabajo... ¿por qué no arreglarla?, ¿dónde está el problema y

cómo solucionarlo? Aquello que no se cuida, acaba perdiendo valor.

Igual que el coche acabó destrozado, las peronas pueden acabar cansadas

emocionalmente y, tal vez, pueden irse de tu vida porque ya están rotas,

por dentro y por fuera.

​

Esto mismo ocurre en el campo de la orientación. No confiar en las personas

con las que trabajamos debe estar prohibido porque, siendo así, nosotros

mismos estaríamos juzgando, de esta forma, a quienes necesitan de nuestras

competenciasprofesionales... ¿cómo dudar de ellas? Si nosotros como

profesionales dudamos y juzgamos, estamos negando sus capacidades y oportunidades de mejora y consecución de sus metas.

​

De ahí la importancia del efecto pigmalión; confiar en la persona que tenemos delante, hacerle ver que puede conseguir lo que se proponga. Eso favorece la consecución y el alcance, la lucha y la mejora, su autoconcepto y autoestima... No estamos rompiendo esa ventana, estamos a su lado para limpiarla si se ensucia, arreglarla si se rompe... estamos confiando en su dureza.

¡¡Ahora te toca a tí!!

​© 2018 Anabel López

tu camino en colaboración con wix.com

¡Sígueme también en las redes sociales!

bottom of page